Las mujeres de la sal
Un grupo de vecinas de Schamann dedica las tardes a dar color a los 3.000 kilos de sal para las alfombras de la procesión de Los Dolores
Las vecinas de Sor Simona muestran el fatigoso trabajo de teñir a mano la sal para las alfombras. i MARRERO
R. G. El trabajo es fatigoso, pero ellas lo hacen ameno y entretenido, sobre todo si Mary Sosa les canta una canción como suele hacer. "Nosotras le hacemos los coros", dice Olga González mientras todas ríen. Hay buen ambiente en el grupo de ocho mujeres que tiñen de color parte de los tres mil kilos de sal que el próximo domingo se convertirán en una alfombra por la que pasará la procesión de la Virgen de los Dolores de Schamann. "Los hombres también ayudan pero más tarde, ahora nos amañamos nosotras solas", explica Lourdes Martín, que lleva la voz cantante del grupo.
Todas son vecinas de la calle Sor Simona y llevan varios días comprando sal y tiñéndola. "Ayer [miércoles] lo hacíamos a mano en los baldes pero hoy [ayer] nos trajeron el bombo de obra y es mucho más fácil", afirma Lourdes. "A ver, las manos fuera que lo pongo en marcha", advierte Jacqueline Delgado, que es la encargada de activar la aparatosa máquina con la se amasa el cemento normalmente.
"Teñir a mano es un trabajo de chinos", apunta Mayca de la Guardia. "Menos mal que mi hijo tenía el bombo en su casa y nos lo prestó", dice Olga Umpiérrez. En el patio del bloque las mujeres amontonan los sacos de sal. Por un lado, los que tienen la sal original, blanca, al otro lado, la que ya está teñida. Entre dos mujeres acarrean los sacos de 35 kilos cada uno, para echarlos en el bombo. "Nosotras podemos, no necesitamos a los machos", reivindica Olga González.
Los colores principales con los que se tiñe la sal son los de la bandera canaria, azul, blanco y amarillo. "Además, tenemos unos dibujos de unas calas y un Cristo preciosos que hacen unos chicos que dibujan", señala Lourdes. Las mujeres de la sal tiñen el mineral con un ojo puesto en el cielo. "El año pasado nos quedamos sin alfombra porque nos llovió y la Virgen no pasó por Sor Simona. Este año va a volver porque hacía siete años que no pasaba y tiene que estar todo perfecto", apunta Lourdes.
"Esto es como una familia, durante el año apenas nos saludamos y en las fiestas estamos todo el día juntas y nos ayudamos", cuenta Lourdes. "Y pon que falta Nena, que nos está preparando algo rico para comer", dice Olga.
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